terça-feira, setembro 20

"Vivieron su destino como en un sueño, sin saber quiénes eran o qué eran"


LOS GAUCHOS

Quién les hubiera dicho que sus mayores vinieron por un mar, quién les hubiera dicho lo que son un mar y sus aguas.
Mestizos de la sangre del hombre blanco, lo tuvieron en poco, mestizos de la sangre del hombre rojo, fueron sus enemigos.
Muchos no habrán oído jamás la palabra gaucho, o la habrán oído como una injuria.
Aprendieron los caminos de las estrellas, los hábitos del aire y del pájaro, las profecías de las nubes del Sur y de la luna con un cerco.
Fueron pastores de la hacienda brava, firmes en el caballo del desierto que habían domado esa mañana, enlazadores, marcadores, troperos, hombres de la partida policial, alguna vez matreros; alguno, el escuchado, fue el payador.
Cantaba sin premura, porque el alba tarda en clarear, y no alzaba la voz.
Había peones tigreros; amparado en el poncho el brazo izquierdo, el derecho sumía el cuchillo en el vientre del animal, abalanzado y alto.
El diálogo pausado, el mate y el naipe fueron las formas de su tiempo.
A diferencia de otros campesinos, eran capaces de ironía.
Eran sufridos, castos y pobres. La hospitalidad fue su fiesta.
Alguna noche los perdió el pendenciero alcohol de los sábados.
Morían y mataban con inocencia.
No eran devotos, fuera de alguna oscura superstición, pero la dura vida les enseñó el culto del coraje.
Hombres de la ciudad les fabricaran un dialecto y una poesía de metáforas rústicas.
Ciertamente no fueron aventureros, pero un arreo los llevaba muy lejos y más lejos las guerras.
No dieron a la historia un solo caudillo. Fueron hombres de López, de Ramírez, de Artigas, de Quiroga, de Bustos, de Pedro Campbell, de Rosas, de Urquiza, de aquel Ricardo López Jordán que hizo matar a Urquiza, de Peñaloza y de Saravia.
No murieron por esa cosa abstracta, la patria, sino por un patrón causal, una ira o por la invitación de un peligro.
Su ceniza está perdida en remotas regiones del continente, en repúblicas de cuya historia nada supieron, en campos de batalla, hoy famosos.
Hilario Ascasubi los vio cantando y combatiendo.
Vivieron su destino como en un sueño, sin saber quiénes eran o qué eran.
Tal vez lo mismo nos ocurre a nosotros.

Jorge Luis Borges (In: Elogio de la Sombra)

2 comentários:

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Anônimo disse...

(Isac) Bueno, já que...

Gaúchos - Jayme Caetano Braun

Venho dos anseios grandes,
das três pátrias maldomadas
que empurraram a trompadas
os rios - as pampas e os andes,
na gesta dos quatro sangues,
onde nasceu o gaudério,
irmanando o "Tio Lautério",
ao "Martin Fierro de Hernandes"!

Trago na genealogia,
índios - negros - lusitanos,
mestiços e castelhanos,
brotados da geografia
que à hora em que me paria,
livre de mal e quebranto,
parou pra ouvir meu canto,
mesclado com ventania!

me alargaram as retinas,
de tanto bombear distâncias,
no vai e vem das estâncias
das pampas continentinas;
herdei a cruz das batinas,
mas sou dos mesmos sinuelos,
dos "lusíadas" de pêlos
e os "dom quixotes" de clina!

Talvez daí - a rebeldia,
baguala - que me norteia,
eu que nasci da peleia,
pra andar no mundo - "a la cri";
era meu, tudo o que havia,
na terra que já foi séria,
onde exploram a miséria
e comem a geografia!

Apesar disso - mantenho
aquelas glórias que herdei,
escravo que já foi rei,
conservo as baldas que tenho,
sempre no melhor empenho,
sem nunca perder o jeito,
no sacrossanto direito
de me orgulhar de onde venho!

Gaúcho - gaúcho - que encerra
a própria ancestralidade!
mataram-me a identidade
que foi bandeira de guerra;
o vento xucro que berra,
atesta essa realidade:
- das léguas de liberdade,
não resta um palmo de terra!